Entendiendo el conflicto en Yemen: ¿piratas, terroristas o rebeldes?

DAVID RAUDALES
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Entendiendo el conflicto en Yemen: ¿piratas, terroristas o rebeldes? Yemen, ubicado al sur de la Península Arábiga, es uno de los países más pobres del mundo. Durante años, el país ha sido devastado por la guerra civil, el desplazamiento forzado y un inmenso sufrimiento humano. El conflicto involucra a un poderoso grupo chií conocido como Ansar Allah, o los hutíes, quienes han intensificado drásticamente los combates tanto a nivel regional como global. Desde que comenzó la guerra de Gaza a finales de 2023, los hutíes han atraído la atención mundial al atacar buques comerciales en el Mar Rojo. Afirman que estos ataques apoyan a los palestinos y desafían el sistema internacional liderado por Occidente. Para comprender verdaderamente por qué este grupo local desafía a las superpotencias mundiales, debemos profundizar en la historia de Yemen, el ascenso de los hutíes y los complejos intereses internacionales que convergen en esta frágil nación. La importancia estratégica del Mar Rojo La capacidad de los hutíes para perturbar el comercio mundial se debe a la crucial ubicación geográfica de Yemen a orillas del Mar Rojo. Esta zona es mucho más que una simple masa de agua; es una importante vía marítima internacional. 





 Un cuello de botella global El Mar Rojo es una ruta intercontinental que ha sido fundamental para el comercio mundial durante más de 150 años, especialmente desde la apertura del Canal de Suez. Datos clave sobre esta vía fluvial: Volumen comercial: aproximadamente un tercio del transporte de contenedores del mundo pasa por el Mar Rojo. Carga: Casi 100 millones de toneladas de carga diversa navegan por esta región anualmente. Vulnerabilidad: Este estrecho paso es conocido como un “punto de estrangulamiento” para el comercio internacional, lo que lo hace muy vulnerable a las interrupciones. Los dos cuellos de botella Los barcos mercantes que viajan entre Europa y Asia deben pasar por dos cuellos de botella específicos en el Mar Rojo: El Canal de Suez en el norte. El estrecho de Bab El Mandev en el sur, situado cerca de la costa de Yemen. Al controlar las zonas costeras cercanas al estrecho de Bab El Mandev, los hutíes tienen el poder de detener o ralentizar gravemente este flujo vital de transporte marítimo mundial. Los ataques hutíes y su impacto global A partir de noviembre de 2023, los rebeldes hutíes comenzaron a atacar buques mercantes en el Mar Rojo. Su primera acción importante fue capturar el buque mercante Galaxy Leader y tomar como rehenes a su tripulación. Continuaron con estos ataques, alegando inicialmente que solo atacaban buques vinculados a Israel. Alterando el comercio mundial Los ataques hutíes afectaron rápidamente al transporte marítimo mundial, mucho más allá de los intereses israelíes. La comunidad internacional, especialmente las naciones occidentales, interpretaron estas acciones como un ataque directo al comercio mundial y al sistema internacional que lideran. Las consecuencias para el comercio mundial fueron graves: Reducción del tráfico: en diciembre de 2023, el tráfico a través del Mar Rojo se redujo casi un 70%. Desvío: Las compañías navieras evitaron la peligrosa ruta y optaron por un desvío de 5.000 kilómetros alrededor de África. Costos: Este desvío agregó 14 días al viaje y miles de dólares en costos de combustible. Tensión económica: Los ataques dispararon los precios del petróleo, interrumpieron las cadenas de suministro y aumentaron el coste de los alimentos a nivel mundial. El transporte marítimo en contenedores, históricamente económico, se volvió muy costoso. La respuesta occidental y la legitimidad de los hutíes En respuesta a la perturbación, Estados Unidos y el Reino Unido lanzaron meses de ataques aéreos de represalia contra objetivos hutíes. También se desplegó una misión internacional de vigilancia. Sin embargo, la dura reacción internacional sirvió, sin quererlo, para unificar a los hutíes internamente y fortalecer su posición en algunos países del sur global. Se presentaron con éxito como "David contra Goliat", desafiando a Occidente y confrontando a Israel. Esta percepción ayudó a los hutíes a ganar apoyo, a pesar de que han causado un inmenso sufrimiento en el propio Yemen durante años. 

 Las raíces profundas del conflicto en Yemen Más allá de los titulares mundiales sobre las rutas marítimas, Yemen sigue devastado por más de una década de guerra continua. La crisis humanitaria es estructural, pero comprender cómo llegó Yemen a este punto requiere analizar su compleja historia social y política. Una tierra de división y diversidad Yemen, como Estado unificado, sólo existe desde 1990. Antes de eso, eran dos países separados: Yemen del Norte: Tradicionalmente dominado por chiítas zaidíes (el grupo religioso del que proceden los hutíes). Yemen del Sur: Predominantemente sunita. Yemen ha sido históricamente una mezcla diversa de poderosos grupos tribales y diversas creencias religiosas y políticas. Durante miles de años, las comunidades religiosas coexistieron pacíficamente. El cambio de poder Los chiítas zaidíes del norte mantuvieron el poder durante casi 1.000 años y sus líderes religiosos afirmaban descender del profeta Mahoma. Dos acontecimientos históricos clave cambiaron este equilibrio: 1869: Apertura del Canal de Suez: Yemen y el estrecho de Bab El Mandev de repente se volvieron estratégicamente vitales para el comercio mundial, atrayendo potencias extranjeras a la región. 1962: Derrocamiento de la monarquía Zaydi: El liderazgo Zaydi fue derrocado con apoyo externo, poniendo fin a un milenio de su gobierno. En 1990, el país se unificó precipitadamente. Este proceso tuvo fallas y sentó las bases para la inestabilidad futura. Ali Abdullah Saleh, un político poderoso y astuto, respaldado por los países occidentales y la UE, presidió la unificación. El ascenso del movimiento hutí En el recién unificado Yemen, el auge del sunismo salafista impulsó a los eruditos zaidíes a proteger su cultura. En 1992, fundaron la organización Al Shabab al Mu'min (Jóvenes Creyentes). Husayn al-Houthi y la radicalización Husayn al-Houthi, clérigo carismático y exdiputado, se unió a este movimiento. Politizó cada vez más el grupo, llamando a una revolución islámica contra el presidente prooccidental Saleh. A principios de la década de 2000, el grupo se radicalizó, ocupando territorio y estableciendo puestos de control. Se autodenominó movimiento hutí en honor a su líder fallecido. Mensaje principal: Los hutíes se oponen firmemente a la intervención y la opresión occidentales. Enemigos claros: Su conocido lema apunta a Estados Unidos, Israel y sus aliados. 

El régimen del presidente Saleh lanzó seis guerras contra los hutíes entre 2004 y 2010. Estos conflictos consolidaron la posición de los hutíes y les ayudaron a ganar un apoyo masivo en las regiones del norte. La Primavera Árabe y la Guerra Civil El movimiento de la Primavera Árabe de 2011 condujo al derrocamiento de Saleh tras 33 años en el poder. Su vicepresidente, Abdrabbuh Mansur Hadi, asumió el poder, respaldado por una alianza que incluía a Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y países occidentales. Los hutíes no fueron incluidos en este proceso de transición. Criticaron al nuevo gobierno, calificándolo de corrupto e ilegítimo. De manera crucial, los hutíes comenzaron a recibir apoyo externo, principalmente de Irán . Se acusa a Irán de suministrar armas a los rebeldes, incluidos misiles y drones, aunque Teherán lo niega oficialmente. En 2014, los hutíes tomaron la capital, Saná, sin apenas resistencia, y obtuvieron acceso al Mar Rojo. Este momento marcó el inicio de una guerra civil a gran escala. El gobierno de Hadi, reconocido internacionalmente, huyó primero al sur y finalmente a Arabia Saudí, donde se le conoció despectivamente como el "gobierno hotelero" que operaba desde el extranjero. Esta falta de presencia sobre el terreno provocó que el gobierno de Hadi perdiera legitimidad en Yemen. Una guerra por poderes y enredos regionales El conflicto en Yemen se convirtió rápidamente en una brutal guerra regional por poderes, librada según líneas sectarias (chiítas contra sunitas). Los dos lados del conflicto La guerra implica una lucha compleja y multifacética: Lado 1: Coalición progubernamental Lado 2: Ansar Allah (Los Hutíes) Con el apoyo de: Arabia Saudita (que lidera la coalición), Emiratos Árabes Unidos y otros estados prooccidentales. Apoyado por: Irán, y vinculado a la red de milicias "Eje de la Resistencia". Acciones: Impuso bloqueos brutales y realizó ataques aéreos generalizados. Acciones: Controla un vasto territorio en el norte, incluida la capital. El conflicto se complicó aún más cuando grupos terroristas como Al Qaeda y el Estado Islámico (EI) aprovecharon la inestabilidad para establecerse en la región. Estados Unidos intervino con ataques aéreos contra estos grupos extremistas. Alianzas cambiantes Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) comenzaron a retirar sus tropas alrededor de 2018.


 EAU centró su apoyo en los separatistas del sur que deseaban dividir Yemen en dos estados, lo cual difería de los intereses de Arabia Saudita. Esto ilustra la compleja red de actores, intereses y lógica que define la guerra en Yemen. El costo humano del colapso Más de una década de guerra ha llevado a Yemen al borde del colapso total. Las imágenes de sufrimiento a menudo no llegan a los medios internacionales, sobre todo porque los hutíes restringen la filmación independiente en el norte. Sufrimiento generalizado y desplazamiento La guerra se ha cobrado aproximadamente 400.000 vidas , directa o indirectamente. La magnitud de la crisis humanitaria es alarmante: Necesidad de ayuda: 21,6 millones de personas, lo que representa más de la mitad de la población del país, necesitan ayuda humanitaria. Personas desplazadas: Alrededor de 4,5 millones de yemeníes son desplazados internos y a menudo viven en extrema pobreza en campamentos. Fallas de infraestructura: ciudades como Taiz, ubicadas en las líneas del frente, carecen de servicios básicos como agua corriente, alcantarillado, recolección de basura y servicios bancarios. Los más vulnerables: los niños Los niños soportan la peor parte de la guerra. Muchos crecen sin acceso a educación ni atención médica de calidad. Sufren traumas, problemas familiares y violencia. Las organizaciones no gubernamentales (ONG) trabajan para empoderar a los jóvenes, pero su labor se ve gravemente obstaculizada. Corrupción y bloqueos Incluso cuando hay ayuda internacional disponible, a menudo no llega a quienes más la necesitan. Robo y apropiación indebida: La ayuda frecuentemente se bloquea debido a problemas de seguridad, se vende en el mercado negro o es requisada por grupos armados. Escasez estructural: el agua es extremadamente escasa y cara, y los suministros básicos son limitados. Yemen se encuentra actualmente entre los últimos lugares del Índice Global del Hambre, y la situación se describe como "alarmante". Mientras el conflicto continúe, hay pocas esperanzas de superar la crisis humanitaria. Intentos de paz interrumpidos Hace tres años, hubo un breve período de esperanza para la paz. Arabia Saudita inició el diálogo con los hutíes, lo que condujo a un alto el fuego acordado. La tregua supuso un alivio temporal para la población yemení. Cambios regionales Esta iniciativa de paz fue facilitada por China, que negoció un acercamiento diplomático entre Arabia Saudita e Irán. Riad parecía dispuesto a modificar su política hacia Yemen, tras considerar que el conflicto era imposible de ganar. Yemen se había convertido en un costoso "Vietnam" para Arabia Saudita. 


 Pero justo cuando las heridas comenzaban a sanar en Yemen, la situación se revirtió violentamente. El conflicto de Gaza lo cambia todo El 7 de octubre de 2023, se produjeron los ataques al sur de Israel, lo que marcó el inicio de la guerra de Gaza. Israel declaró el estado de guerra y el conflicto se extendió rápidamente por la región. Los hutíes se sintieron obligados a actuar conforme a su arraigada postura antiisraelí. A los pocos días de comenzar la guerra, lanzaron cohetes hacia Tel Aviv, extendiendo el conflicto a más de 2.000 kilómetros. Los hutíes se insertaron con éxito en el "Eje de Resistencia" regional, junto a grupos como Hamás y Hezbolá, a todos los cuales se acusa a Irán de suministrar armas. La estrategia de supervivencia de los hutíes Los hutíes utilizaron la crisis de Gaza estratégicamente. Su supervivencia a largo plazo depende del mantenimiento del conflicto. Legitimidad a través de la resistencia El movimiento Houthi se define principalmente por ser anti-saudí, anti-estadounidense y anti-israelí . Necesidad de guerra: La guerra otorga legitimidad a los hutíes dentro de Yemen. Les permite mantener una economía de guerra y presentarse ante sus ciudadanos como la verdadera "facción de la resistencia" contra las potencias extranjeras. Distracción: La guerra de Gaza fue beneficiosa porque les permitió desviar la atención de sus problemas internos y sus fracasos de gobernanza. Esta estrategia funcionó. Los hutíes han experimentado un importante aumento de reputación a nivel regional.


Utilizan con destreza la propaganda, las redes sociales y reportajes de estilo videojuego para presentar sus éxitos y llamar la atención. Gobernar con mano dura Los hutíes gobiernan el norte de Yemen con una severa represión. Se aprovechan de la miseria generalizada existente. Adoctrinan a sus seguidores valiéndose de la religión y de historias de resistencia, con el respaldo del poderío militar. Para la comunidad internacional, el camino a seguir es incierto. El gobierno reconocido internacionalmente y la coalición liderada por Arabia Saudí no han logrado detener militarmente a los hutíes sin provocar un derramamiento de sangre masivo. El único camino a seguir requiere: Hacer cumplir un alto el fuego: Establecer y mantener una pausa sostenida en los combates es esencial. Una estrategia política: Es necesario desarrollar un nuevo enfoque político para Yemen. Los hutíes son actualmente la única fuerza con el control territorial y la estructura administrativa capaces de gobernar la parte norte del país, independientemente de que la comunidad internacional o el pueblo yemení lo aprueben o no. Mirando hacia el futuro La situación en Yemen sigue siendo desesperada. Con la interferencia externa que complica lo que podría haber sido un conflicto interno solucionable, muchos yemeníes sienten una profunda desesperanza. No ven luz en el futuro, sintiendo que cada día es más oscuro que el anterior. El profundo sufrimiento y la inestabilidad continuarán a menos que cese la violencia y se forje una solución política que atienda las necesidades de todo el pueblo yemení.