Por qué la enorme mina de cobre de Panamá clausurada tras masivas protestas sigue siendo un "asunto urgente" por resolver

DAVID FERNANDO RAUDALES
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 Manifestantes

Miles de personas se manifestaron el año pasado por el cierre de la mina. [Getty Images]

A Zorel Morales le preocupa la existencia de 130.000 toneladas de material tóxico.

Se trata de mineral de cobre parcialmente procesado que alberga una mina en Panamá cerrada desde finales de 2023.

“Las reacciones químicas que generan gases peligrosos y un aumento en las temperaturas del material plantean riesgos ambientales”, afirma Morales, presidente de la Cámara Minera de Panamá.

Asegura que los tóxicos “amenazan la salud y la seguridad del personal” que aún trabaja en este lugar.

La sustancia, llamada “concentrado de cobre”, es mineral de cobre finamente molido y tratado para aumentar su contenido de cobre con el fin de exportarlo.

Además del peligro de liberar gas tóxico de dióxido de azufre, la mera exposición a partículas de polvo del concentrado puede dañar el sistema respiratorio de una persona, y también es nocivo para la vida acuática.

El material permanece almacenado en Cobre Panamá, una enorme mina de cobre a cielo abierto cerrada desde diciembre del año pasado, cuando la Corte Suprema del país consideró inconstitucional una nueva concesión de 20 años para operar la instalación.Vista aérea de la mina

La enorme mina se ubica en Donoso, en la provincia de Colón, unos 120 kilómetros al oeste de Ciudad de Panamá. [Getty Images]

Tras el fallo, el gobierno obligó rápidamente a cerrar la mina, dejando solo al personal de mantenimiento.

La orden se produjo después de que miles de personas salieran a las calles del país en octubre y noviembre de 2023 para protestar contra la mina al considerar que dañaba el medio ambiente.

La instalación, una de las minas de cobre más grandes del mundo, empleaba a unas 7.000 personas y abarcaba el 1% de la producción mundial de este metal.

Se inauguró en 2019 y es propiedad de la firma canadiense First Quantum Minerals.

Ubicada en lo profundo de una selva tropical cerca de la costa caribeña de Panamá, First Quantum invirtió US$10.000 millones en la mina, incluyendo nuevas infraestructuras como carreteras, edificios y maquinaria.

La empresa reclama su derecho a exportar el concentrado de cobre existente y presentó dos demandas de arbitraje internacional contra Panamá, si bien asegura que prefiere abrir un diálogo con el nuevo gobierno que asumió al poder en julio.

La disputa sobre el concentrado de cobre se centra en quién es su propietario, si la empresa canadiense o Panamá.

“Esperamos seguir trabajando con el nuevo gobierno para abordar la situación en relación con la mina”, afirmó la portavoz de First Quantum, Maru Gálvez, en un comunicado.

Especificó que “en particular, es importante resolver el estado del concentrado de cobre que permanece en el sitio de la mina y que todas las partes han acordado que es un asunto urgente”.

Un portavoz del gobierno respondió que todavía están evaluando la situación y no están concediendo entrevistas. El nuevo presidente, José Raúl Mulino, aún no ha ofrecido un mensaje claro sobre cómo quiere resolver el problema.