En mayo, la Federación de Fútbol de Estados Unidos anunció que había alcanzado un acuerdo que garantizaba la igualdad salarial para sus equipos nacionales masculino y femenino. El histórico acuerdo es una primicia en el mundo del fútbol profesional y supuso la culminación de una larga batalla legal para las jugadoras estadounidenses encabezada por las estrellas Megan Rapinoe y Alex Morgan.
A partir de ahora, las selecciones masculina y femenina recibirán los mismos honorarios y primas, ya sea por "amistosos" o por partidos de competición. El acuerdo también estipula que los jugadores de ambas selecciones "pondrán en común y compartirán" los premios en metálico que, de otro modo, serían desiguales y que paga la FIFA por la participación en sus respectivas Copas Mundiales. En cuanto a los "ingresos comerciales", incluidos los procedentes de retransmisiones y asociaciones, se repartirán a partes iguales entre las dos selecciones.
"Es un momento histórico. Estos acuerdos han cambiado el juego para siempre aquí en Estados Unidos y tienen el potencial de cambiar el juego en todo el mundo", declaró la Presidenta de US Soccer, Cindy Parlow Cone, en un comunicado el 18 de mayo.