En un referéndum histórico, los cubanos votaron abrumadoramente a favor de la legislación que permite a las parejas del mismo sexo casarse y adoptar. Alrededor del 67% de los votantes respaldaron los cambios el 25 de septiembre, convirtiendo a Cuba en el primer país comunista del mundo en legalizar el matrimonio y la adopción homosexuales dos días después.
Tokio, la capital japonesa, empezó a desplegar un sistema de certificados de asociación, que permite a las parejas del mismo sexo recibir el mismo trato que los matrimonios en lo que respecta a vivienda, medicina y asistencia social.
Estos certificados ya existen en otras prefecturas de Japón, pero su introducción en Tokio el 1 de noviembre significa que más del 60% de la población japonesa ya puede beneficiarse de ellos. La medida fue acogida con satisfacción por los activistas LGBT como un paso adelante en el único país del G7 que no permite el matrimonio entre personas del mismo sexo.
El Parlamento de Singapur también derogó una ley de la época colonial británica que penalizaba las relaciones sexuales entre hombres. Aunque no se aplicaba activamente, la ley castigaba las relaciones homosexuales con hasta dos años de cárcel. Su derogación el 30 de noviembre había sido una larga reivindicación de los activistas LGBT.