La hipocresía de Cuba en la crisis de México y Ecuador | Opinion

DAVID RAUDALES
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El asalto de Ecuador el 5 de abril a la embajada de México en Quito para capturar al exvicepresidente Jorge Glas, que ha sido condenado por corrupción masiva y se había refugiado allí, ha desencadenado una justificada ola de indignación en toda América Latina.

Sin embargo, México, Venezuela y otros países que están arremetiendo contra Ecuador no dicen una palabra sobre violaciones similares cometidas por Cuba.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, calificó la irrupción de la policía ecuatoriana en la misión diplomática mexicana como una violación flagrante del derecho internacional, y rompió relaciones diplomáticas con Ecuador.

México argumentó, con razón, que la incursión a su embajada había violado la Convención de Viena de 1963, que establece la inmunidad diplomática de las embajadas. Ecuador había expulsado poco antes a la embajadora de México en Quito, argumentando que México había intervenido en los asuntos internos de Ecuador y había dado asilo ilegalmente a un criminal común.

López Obrador había cuestionado días antes la legitimidad de la elección del presidente ecuatoriano Daniel Noboa y había concedido asilo diplomático a Glas. Ecuador argumentó que el asilo a Glas viola la convención de Montevideo de 1933 y la Convención de Caracas de 1954, que prohíben el asilo político a delincuentes comunes.

Entre los países que más duramente criticaron a Ecuador se encuentra Venezuela, cuyo dictador Nicolás Maduro afirmó falsamente en su cuenta de X, anteriormente llamada Twitter, que la incursión de Ecuador fue “algo nunca visto en América Latina”.

De hecho, la invasión de la embajada de México fue una violación del derecho internacional que ya había sido cometida al menos dos veces por Cuba, y con consecuencias mucho más trágicas.

La dictadura cubana irrumpió el 9 de diciembre de 1980 en la embajada del Vaticano en La Habana en busca de personas que habían pedido asilo político allí. Tres hermanos de entre 19 y 25 años - Ventura, Cipriano y Eugenio García Marín - fueron capturados por tropas cubanas dentro de la misión diplomática y ejecutados tres semanas después, según Archivo Cuba (cubaarchive.org) un grupo de investigación independiente basado en Washington.